Medicina extramuros: Internación domiciliaria y telemedicina. Hogar y digitalización

Autor: Pablo Parenti, MD PhD


Introducción


La decisión de internar a un paciente, es decir, hospitalizarlo, se basa en tres factores clave: la complejidad para establecer un diagnóstico y/o tratamiento, la urgencia en su aplicación y la diversidad de cuidados que requiere el paciente. 

Históricamente, la medicina ha desarrollado nosocomios para llevar a cabo estas internaciones, y nuestra formación profesional ha estado profundamente arraigada en estas instituciones. No obstante, en las últimas décadas, diversos factores han facilitado la transición de la atención médica hacia el hogar, lo que ha dado lugar al concepto de internación domiciliaria. Entre estos factores destacan la creciente importancia de la calidad de vida, el avance en dispositivos médicos que no requieren instalaciones hospitalarias, y el incremento en la longevidad y cronicidad de las patologías, que ha superado la disponibilidad de camas en los hospitales.

La tecnología, por su parte, está transformando radicalmente los paradigmas de las relaciones humanas y, por ende, la asistencia médica. Esta evolución no es ajena a la provisión de servicios de salud, que ahora se ve influenciada por la educación médica, la investigación y la creciente oferta de servicios médicos a distancia. Utilizando las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) como infraestructura, la telemedicina ha permitido llevar a cabo estas acciones en tiempo real, desdibujando las barreras físicas que antes limitaban la atención médica.

Tanto la internación domiciliaria como la telemedicina han avanzado de manera significativa en todos los ámbitos de la formación y práctica profesional en la medicina contemporánea, y lo han hecho a un ritmo acelerado. Sin embargo, esta realidad aún no se ha reflejado adecuadamente en la formación de los futuros profesionales que pronto se incorporarán al campo. Este texto tiene como objetivo describir y reflexionar sobre una medicina que trasciende los límites tradicionales de los hospitales: la internación domiciliaria y la telemedicina, áreas a las que he denominado medicina extramuros. Asimismo, busca ser un aporte valioso para la formación médica en estos dos ámbitos emergentes.

Aquí te propongo una continuación y ampliación del "Marco Teórico" basado en el texto proporcionado:


Marco Teórico

El punto de partida de la medicina coincide con su horizonte: el encuentro interhumano y el escenario comunicativo donde se desarrolla la praxis médica adquieren una relevancia fundamental. 

La medicina no es solo una ciencia; es, ante todo, una forma de relacionarse, una praxis comunicativa multidimensional que se entrelaza con el contexto cultural en el cual se ejerce. Este oficio ético exige de los médicos una acción constante para ofrecer respuestas legítimas a diversas necesidades, con una función social de vital importancia. El acto médico, por lo tanto, se construye con los pacientes, y es, en esencia, un acto utilitarista, polifacético, dinámico y cambiante, que está en permanente tensión ética entre lo que debe ser y lo que es.

La medicina es, simultáneamente, conocimiento y acción; es saber hacer y es interacción entre teoría y práctica, conformando lo que llamamos praxis. Este saber solo es eficaz si tiene un significado humano y es útil únicamente si es accesible. Requiere no solo de conocimiento, sino también de la capacidad para aplicarlo y comprender su propósito. Como ciencia de acciones, la praxis médica no solo implica un saber hacer, sino una acción con una función social que cobra sentido dentro de la comunidad. Lo que define a la medicina es su función, y esta se fundamenta en ciencias duras, pero también refleja la sociedad que la contiene.

La medicina, como disciplina, está inmersa en un plexo de comunicación donde las formas de ejercicio profesional son diversas y multifacéticas. Sin embargo, existe una tensión inherente en la relación médico-paciente, ya que ambos habitan mundos semánticos diferentes, inmersos en tramas de significado que a menudo pueden ser antagónicas, lo que limita la eficacia de la asistencia biomédica tradicional.

Es esencial, entonces, que el lugar y la forma en que se desarrolla la medicina, especialmente en el encuentro médico-paciente, estén determinados no por la tradición, sino por el objetivo último de la medicina: brindar una asistencia significativa y eficaz.

En este contexto, la medicina asistencial extramuro se presenta como un complemento y un avance significativo hacia la humanización y la eficacia del acto médico. A diferencia de la medicina intramuro, donde las condiciones macro que determinan la relación médico-paciente pueden estar enmascaradas por la estructura institucional, en la medicina extramuro, estas condiciones son explícitas y evidentes. Este enfoque pone de relieve las limitaciones del individualismo que ha caracterizado la medicina occidental intramuro, abriendo paso a una práctica más inclusiva y centrada en el paciente.

La asistencia médica extramuro se basa en tres pilares fundamentales: la necesidad de asistencia, el confort y el beneficio. De estos, la necesidad de asistencia es trascendental e indispensable; sin esta necesidad, los otros dos pilares carecen de sentido. La asistencia médica extramuro debe estar, por tanto, centrada en la necesidad de atención, con el confort y el beneficio del paciente como consecuencias naturales de esta y sustentada en la evidencia. Sin necesidad, no hay asistencia.

Este modelo de atención no solo redefine la práctica médica, sino que también plantea una revalorización del acto médico en su dimensión más humana, proponiendo un enfoque que prioriza la calidad de vida y el bienestar del paciente, en lugar de limitarse a los confines de una institución hospitalaria.

Internación Domiciliaria

Las instituciones sanitarias, en su ideal, buscan la perfección en la atención médica, persiguiendo estándares de excelencia que trascienden lo meramente técnico. Sin embargo, estas instituciones no operan en un vacío. Dependen de elementos no institucionales como el comportamiento y las interacciones de las personas que allí trabajan, así como de las características sociales necesarias para una asistencia adecuada. Todo esto ocurre en un marco de “localía”, donde el paciente es, en esencia, un “visitante” dentro del entorno hospitalario.

Esta dinámica cambia de manera radical cuando la internación se lleva a cabo en el domicilio del paciente. En este escenario, el rol se invierte: los profesionales de la salud se convierten en los “visitantes” en un espacio donde los pacientes son plenamente cognoscibles a través de su entorno espacial, temporal y categorial. Este entorno proyecta una visión del mundo que complementa el institucionalismo tradicional, el cual regula el comportamiento de médicos y pacientes en una estructura sanitaria fija.

La internación domiciliaria se presenta como una forma de asistencia médica pragmática y adaptativa, donde cada persona recibe la atención adecuada en su propio contexto, lejos de los esquemas rígidos de los hospitales. En lugar de centrarse en estructuras institucionales, las decisiones médicas en el hogar son elecciones entre alternativas factibles que buscan mejorar el estado del paciente. Estas decisiones están guiadas por reglas formales y conductuales que se adaptan al contexto del hogar, permitiendo una mayor flexibilidad y personalización de la atención.

La organización de la asistencia médica en el domicilio se basa en una visión pragmática de la medicina, donde la tarea principal es identificar los mecanismos más idóneos para tratar la enfermedad del paciente. El punto de partida es siempre la pregunta: “¿Qué debemos hacer?” El proceso implica diagnosticar y luego decidir entre alternativas imperfectas, pero viables, para alcanzar el objetivo deseado. El hecho de pensar en términos ideales puede inducirnos a errores en el razonamiento sobre circunstancias no ideales. Lo verdaderamente relevante es tomar decisiones prácticas entre alternativas que, aunque no sean perfectas, son las mejores disponibles en el contexto dado.

El hogar preserva el mundo sensorial del paciente, permitiendo una experiencia vital a través de los sentidos: el gusto, el olfato, la vista, el tacto, y la percepción corporal. Estos elementos sensoriales, aparentemente insignificantes, conforman la historia de vida del paciente, ya sea de manera consciente a través de la memoria emotiva, o inconsciente, impregnando el entorno con significados profundos. El hogar es ese espacio protector que resguarda nuestra historia, nos define como individuos, y forma nuestros vínculos más íntimos.

En resumen, la internación domiciliaria no solo ofrece un entorno familiar y protector, sino que también representa un enfoque más humanizado y eficaz de la atención médica. Al trasladar la atención al hogar, se integra el contexto de vida del paciente en el proceso de tratamiento, lo que resulta en una atención más personalizada y en sintonía con las necesidades reales de cada individuo.

Salud Digital

El avance de la tecnología ha abierto un sinfín de posibilidades en el ámbito de la salud, transformando la forma en que se ofrece y se recibe atención médica. Para que estas tecnologías operen de manera transparente y accesible, es fundamental que estén disponibles y que los sistemas utilizados sean compatibles e interoperables. Esto garantiza una atención médica cohesiva y eficaz, permitiendo que diferentes herramientas tecnológicas se integren sin problemas en la práctica clínica.

1. Telemedicina y Consultas Virtuales

La telemedicina y las consultas virtuales se han convertido en pilares fundamentales de la salud digital. Estas plataformas digitales permiten a los pacientes acceder a atención médica desde la comodidad de sus hogares, eliminando barreras geográficas y optimizando el tiempo de los profesionales de la salud. Además, el monitoreo remoto a través de dispositivos conectados permite un seguimiento continuo y en tiempo real de pacientes con enfermedades crónicas, como la diabetes y la hipertensión. Estos sistemas envían datos al médico, facilitando un control más exhaustivo y personalizado del estado del paciente.

2. Salud Preventiva y Promoción del Bienestar

La digitalización también ha impulsado el desarrollo de programas de salud personalizados, utilizando datos recolectados por dispositivos personales como pulseras de actividad. Estos datos permiten crear planes de salud y bienestar ajustados a las necesidades individuales de cada persona. Además, se ha desarrollado contenido educativo accesible a través de aplicaciones móviles y plataformas web, promoviendo hábitos saludables y la prevención de enfermedades. Este enfoque proactivo no solo mejora la calidad de vida, sino que también reduce la incidencia de enfermedades crónicas.

3. Atención Médica Domiciliaria

La tecnología ha revolucionado la atención médica domiciliaria, permitiendo visitas a domicilio equipadas con dispositivos portátiles para diagnósticos inmediatos y tratamientos básicos. Este enfoque no solo brinda una atención más personalizada, sino que también permite a los profesionales de la salud adaptarse al entorno del paciente, mejorando la eficacia de las intervenciones. Además, la colaboración con proveedores de tecnología ha facilitado la integración de dispositivos médicos en hogares inteligentes, ofreciendo un apoyo diario a personas mayores o con necesidades especiales a través de soluciones de telesalud.

4. Salud Pública y Análisis de Datos

El análisis de datos ha cobrado un papel central en la salud pública. El uso de datos de la ciudad, como patrones de movimiento y calidad del aire, permite predecir y controlar brotes de enfermedades, mejorando la respuesta ante emergencias sanitarias. Las plataformas de salud pública recopilan y analizan estos datos, proporcionando información valiosa para la planificación y ejecución de políticas sanitarias más efectivas.

5. Rehabilitación y Terapias a Distancia

La rehabilitación y las terapias a distancia se han beneficiado enormemente de la digitalización. Ahora es posible ofrecer sesiones de fisioterapia, psicoterapia o rehabilitación a través de plataformas digitales, utilizando tecnologías como la realidad virtual (VR) o aumentada (AR) para proporcionar una experiencia inmersiva. Además, aplicaciones de seguimiento guían a los pacientes en sus ejercicios de rehabilitación, enviando datos al médico para ajustar los planes de tratamiento según sea necesario.

6. Consultoría y Formación en Salud Digital

El creciente uso de tecnologías en salud ha creado una demanda de servicios de consultoría en salud digital. Estos servicios ofrecen asesoría a instituciones de salud y gobiernos locales para integrar tecnologías digitales en sus operaciones. Asimismo, se están desarrollando talleres y cursos para formar a profesionales de la salud en el uso de estas nuevas herramientas, asegurando que estén preparados para enfrentar los desafíos del futuro.

7. Medicina Preventiva y Gestión de la Salud

La gestión proactiva de pacientes es una de las grandes ventajas de la salud digital. Sistemas avanzados permiten identificar a pacientes en riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, ofreciendo intervenciones tempranas que pueden prevenir la progresión de estas condiciones. Además, las campañas de salud pública se han vuelto más efectivas al utilizar herramientas digitales para llegar a un mayor número de personas, promoviendo la vacunación y la prevención de enfermedades.

8. Desarrollo de Aplicaciones de Salud

El desarrollo de aplicaciones de salud ha transformado la manera en que los pacientes gestionan su propia salud. Aplicaciones de autogestión permiten recordar la toma de medicamentos, hacer un seguimiento de síntomas y acceder a historiales médicos en cualquier momento. Además, plataformas de coordinación de cuidados facilitan la comunicación entre distintos profesionales de la salud, mejorando la continuidad del cuidado y la experiencia del paciente.

9. Servicios de Emergencia Inteligentes

Los servicios de emergencia se han beneficiado de la integración de tecnologías avanzadas. Sistemas de geolocalización y el uso de drones optimizan la respuesta ante emergencias, asegurando que la atención médica llegue lo más rápido posible en casos de accidentes o situaciones críticas.

10. Investigación y Desarrollo en Salud Digital

La investigación y el desarrollo son clave para el avance continuo de la salud digital. Colaboraciones con universidades y centros de investigación permiten desarrollar nuevas tecnologías y evaluar la efectividad de las soluciones digitales en la atención médica. La innovación en salud, ya sea a través de dispositivos portátiles para diagnósticos o plataformas de inteligencia artificial, está redefiniendo los estándares de cuidado y abriendo nuevas posibilidades en el campo médico.

Al integrar estos aspectos, se refuerza la idea de que la salud digital no es solo una tendencia, sino un cambio estructural profundo en la forma en que se ofrece y se gestiona la atención médica. La combinación de telemedicina, atención domiciliaria, salud preventiva, y las demás áreas mencionadas, contribuye a una medicina más accesible, personalizada y eficiente, que responde a las necesidades de una sociedad en constante evolución.

Aquí tienes una propuesta para la sección de conclusiones, junto con un ejemplo de cómo podrías estructurar las referencias bibliográficas relacionadas:


Conclusiones

La medicina está atravesando un cambio paradigmático impulsado por la integración de la tecnología y la digitalización en todas sus facetas. La transición de un modelo centrado en el hospital hacia uno que aprovecha las posibilidades de la atención domiciliaria y la salud digital no solo responde a las necesidades actuales de la población, sino que también representa un avance hacia una medicina más humanizada y accesible. 

La "medicina extramuros, que engloba tanto la internación domiciliaria como la telemedicina, ha demostrado ser una alternativa eficaz y necesaria para enfrentar los desafíos que plantea la creciente demanda de servicios de salud. En este contexto, la salud digital juega un papel crucial al proporcionar herramientas que permiten una atención más equitativa, eficiente y personalizada. Desde las consultas virtuales hasta el monitoreo remoto, pasando por la promoción de la salud y la rehabilitación a distancia, cada una de estas innovaciones contribuye a un sistema de salud más inclusivo y proactivo.

Sin embargo, para que este nuevo modelo sea plenamente efectivo, es fundamental abordar desafíos como la brecha digital, la interoperabilidad de los sistemas y la formación de los profesionales de la salud en el uso de nuevas tecnologías. Solo así podremos garantizar que todos los pacientes, sin importar su ubicación o condición socioeconómica, puedan beneficiarse de los avances en salud digital.

En resumen, la integración de la tecnología en la medicina no solo optimiza la atención médica, sino que también refuerza la misión esencial de la medicina: cuidar de las personas de manera integral y en el contexto de sus vidas cotidianas. La evolución hacia una medicina extramuros y digital es, por tanto, un paso crucial hacia un futuro más saludable y equitativo.


Referencias Bibliográficas


1. Stepke, F. (1992). La praxis médica: saber, acción y función social. Buenos Aires: Editorial Médica Argentina.

2. Goodin, R. E. (1995). Utilitarianism as a Public Philosophy. Cambridge: Cambridge University Press.

3. Parenti, P. (2024). Medicina extramuros: Internación domiciliaria y telemedicina en la era digital. Buenos Aires: Ediciones Salud Digital.

4. World Health Organization (WHO). (2020). Telemedicine: Opportunities and developments in Member States. Report on the second global survey on eHealth. Ginebra: WHO Press.

5. Eysenbach, G. (2001). What is eHealth?. Journal of Medical Internet Research, 3(2), e20.

6. Bashshur, R., Shannon, G., & Smith, B. (2014). The Empirical Foundations of Telemedicine Interventions for Chronic Disease Management*. Telemedicine and e-Health, 20(9), 769-800.

7. Wootton, R. (2012). Telemedicine: A Guide to Assessing Telecommunications in Health Care. Washington, D.C.: National Academies Press.


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