Salud. El Ideal Nietzscheano.
Autor: Pablo Francisco Parenti MD PhD
Para Nietzsche, la verdadera salud está intrínsecamente vinculada a la fuerza, la vitalidad y la capacidad de enfrentar riesgos. En su filosofía, la salud no es meramente un estado de bienestar físico o emocional, sino una condición dinámica que exige la constante superación de desafíos. La salud auténtica se encuentra en la capacidad de afirmarse y afirmarse a sí mismo en la totalidad de la vida, aceptando sus contradicciones y dificultades. Este ideal de salud está marcado por la búsqueda de la auto-superación, la ambición de alcanzar la grandeza y la creatividad en la vida, elementos que Nietzsche valora profundamente.
En "Así habló Zaratustra", Friedrich Nietzsche presenta la figura del "último hombre" como una crítica a la decadencia de la humanidad y a la conformidad con una vida mediática y carente de grandeza. La "salud" en el contexto del "último hombre" puede entenderse como una especie de satírico ideal de bienestar superficial y complacencia que Nietzsche rechaza.
"La salud" del Último Hombre se caracteriza por:
Decadencia:
- El "último hombre" representa un tipo de humanidad que ha renunciado a los grandes ideales y aspiraciones. En lugar de buscar grandeza o superación, busca una vida de placeres sencillos y seguridad sin riesgos. En este sentido, el último hombre es una figura que ha alcanzado una forma de "salud" en el sentido de estabilidad física y emocional, pero a costa de la vitalidad, la ambición y el espíritu creativo.
Conformidad y Placer Superficial:
- En su visión, Nietzsche critica la "salud" del último hombre porque está basada en una existencia conformista y acomodada. El último hombre busca evitar el sufrimiento y el esfuerzo, valorando el confort y el placer en su forma más trivial. Esto se manifiesta en un estilo de vida que evita todo tipo de desafío y riesgo, caracterizado por la búsqueda de placeres sencillos y una existencia sin grandes emociones.
Mediocridad y Estabilidad:
- Nietzsche presenta la "salud" del último hombre como una especie de mediocridad disimulada bajo la apariencia de bienestar. La estabilidad y la seguridad que él valora son vistas como una trampa que limita el potencial humano y la grandeza personal. En lugar de aspirar a algo más grande, el último hombre se contenta con una vida de tranquilidad y conformidad, lo cual Nietzsche considera una forma de decadencia.
En conclusión la verdadera salud es una vida caracterizada por la aspiración, el desafío y la creatividad rechazando el bienestar superficial y conformista, abogando en cambio por una vida más intensa y significativa, marcada por la lucha y la auto-superación.
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